domingo, 20 de diciembre de 2009

Las nalgas de Dios (Leyenda africana)

Literatura

Cuenta una leyenda africana que hace muchos, muchísimos años, los seres humanos vivían agachados, casi a cuatro patas como los animales, porque Dios llegaba muy cerca de la tierra y llenaba el Universo entero. Los hombres y las mujeres vivían agachados, porque Dios ocupaba todo el espacio. Pero eran felices porque no conocían otra cosa y se alimentaban de Dios. Cuando sentían hambre, levantaban el brazo, daban un pellizco a la nalga de Dios, le quitaban un trozo, y se lo comían. Un día, una mujer salió de su casa con la mirada fija en el suelo, porque iba agachada, y se encontró unas semillas…-¿Qué será esto?... ¡A lo mejor se pueden comer!- dijo la mujer. La mujer recogió las semillas, las metió en un mortero y se puso a triturarlas… con tan mala suerte que dio un golpe con el mazo a una nalga de Dios.- ¡Caramba! ¡Perdona, Dios, ha sido sin querer! - dijo la mujer- No te preocupes, mujer, no ha sido nada.- dijo Dios.- ¿Podrías alejarte un poco para que pueda moler sin molestarte?- preguntó la mujer.Y Dios, bondadoso y conciliador, se elevó sobre la tierra para que la mujer pudiera trabajar. La mujer convirtió las semillas en harina y la encontró deliciosa, y fue a por más semillas para alimentar a su familia. Desde entonces, el mundo pudo desarrollarse: se formaron las montañas, crecieron los árboles, y los seres humanos se pusieron de pie, bien erguidos. Y Dios, que era el alimento de los hombres y las mujeres, ya no estaba sobre ellos para darles de comer. Y las mujeres y los hombres aprendieron a sembrar semillas y a vivir de su trabajo.

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